Es el testimonio monumental del privilegio ostentado por la Villa de Moraleja para administrar justicia. Se halla emplazado a las afueras de la población, como era costumbre desde la Edad Media, tras salvar el puente que atraviesa la Rivera de Gata.
En el escudo que tiene parecen identificarse cuatro cuarteles que contienen las armas de Castilla y Aragón, además de la granada situada en la barba, rematándose en lo alto con la corona real, mientras que en los lados las garras del águila de San Juan lo sostienen.
Este Rollo-Picota señala la demarcación de su jurisdicción penal, pudiendo ser utilizado para la exhibición de los restos del reo tras la ejecución de su condena a muerte. Manifestaba el derecho de Moraleja para ejercer justicia.